Dolor en la tibia o periostitis tibial

La periostitis tibial es la inflamación del periostio, aguda o crónica, manifestada principalmente por un dolor espontáneo o quemazón en la cara antero-interna de la pierna, es decir en la espinilla. Aunque hay periostitis tibial anterior y posterior, la anterior es más común y se caracteriza por un dolor agudo en el tercio inferior, el cual en algunas ocasiones se puede sentir hasta la rodilla.

 

Denominada "shin splints", tibia dolorosa, tibia rugosa, síndrome de estrés medial de tibia (MTS) y periostosis tibial entre otras, suele ser un síndrome común en algunos deportistas, el cual se manifiesta en ciertas prácticas deportivas como la caminata, atletismo, carrera de fondo, medio fondo y en los saltos.

El periostio es la membrana externa que recubre los huesos, la cual funciona como sostén de los vasos sanguíneos y las terminaciones nerviosas. También sirve para la fijación al hueso de tendones y ligamentos. Por lo tanto, el resultado de una fuerte tracción ejercida por los músculos, más el golpeteo de los pies contra el suelo, se traducirá en dolor.

Algunos autores la describen como el síndrome de los corredores principiantes, ya que suele aparecer por:

  • Vibraciones causadas por el impacto de los pies sobre terrenos duros.
  • La utilización de calzado inadecuado o demasiado gastado.
  • Tracciones excesivas sobre zonas de inserción de músculos en el periostio, obteniendo apoyos incorrectos.
  • Una excesiva rotación de la cadera, una torsión tibial externa aumentada, hiperpronación o por una eversión exagerada del talón (durante la fase de apoyo plantar), valgo del retropié.
  • Traumatismos repetitivos directamente sobre el periostio en la cara anterior de la tibia.
  • Abuso de distancias en superficies demasiado duras, subidas y terrenos irregulares.
  • Deficiencias Biomecánicas: corredores que cargan con la punta del pie, corredores pronadores y de pie plano valgo.
  • Sobreentrenamiento debido al incremento de las distancias y/o intensidades en forma brusca y sin la guía de un programa y/o entrenador.
  • Tener rodillas genu varo (en X).
  • Asimetría importante de las extremidades inferiores.
  • Falta de estiramiento, calentamiento y enfriamiento.
  • No escuchar al cuerpo y seguir entrenando a pesar de las señales y dolor emitidos por tu organismo.

El diagnóstico lo deberá realizar el médico tras la exploración palpando la zona, que se manifiesta como dolor vivo a la palpación, acompañado de calor local y tumefacción. Se pueden palpar unas bolitas inflamatorias a lo largo de la tibia, como de rosario (Rosario Perióstico), que denotan la inflamación de la misma. El doctor podrá solicitar varios estudios para descartar una posible fractura por fatiga tibial, aunque esta provoca un dolor más localizado y en una sola pierna (unilateral).

Para prevenir la periostitis tibial, es importante:

  • Contar con un programa de entrenamiento personalizado.
  • Realizar entrenamientos progresivos.
  • No abusar de las cuestas y de los terrenos duros o accidentados.
  • Evitar acumular demasiado kilometraje estando próximos a una competición.
  • No contemplar periodos de descanso dentro de tu planificación.
  • Evitar correr en el mismo circuito siempre con los mismos giros y en el mismo sentido.
  • Cambiar tenis cada 500 a 800 kms de rodaje.
  • Estirar antes y después del entrenamiento o carrera.
  • No abusar del kilometraje.
  • Trabajar la fuerza con las extremidades inferiores.
  • Hacer entrenamientos cruzados.

El tratamiento de la periostitis debe ser ante todo preventivo. Los especialistas recomiendan que una vez diagnosticada, se trate a fondo para evitar recaer. Muchas veces sólo es necesario cambiar el deporte y variar el ritmo e intensidad para "curar" la lesión. También recomiendan corregir los factores que la han favorecido, además de seguir al pie de la letra las indicaciones médicas: tomar los medicamentos, crioterapia, electroterapia, vendajes, estiramientos, ondas de choque u otro tipo de fisioterapias, para acelerar el proceso de recuperación.

 

Si el dolor continúa, es necesario dejar de correr mientras obtengas la completa recuperación. Para ello, puedes hacer otro tipo de actividades que no provoquen impacto en las piernas, como ciclismo, natación, trotar en una alberca, levantar pesas, etc. Un corredor lesionado deberá hacer programas alternativos para mantener su buena forma física y mental durante el proceso de curación.

 

Por ultimo, los médicos especialistas recomiendan retomes tu entrenamiento cuando el dolor desaparezca por completo. Se aconseja utilizar cargas e intensidades ligeras, siempre de menos a más. Evita cambios de ritmo como el fartlek, los trabajos en subidas, terrenos duros, etc.

Fuente: José Manuel N.

Tienes algo que compartir o publicar 

con nosotros, mandanos

un correo a

dfutbolamericano@yahoo.com

Aviso legal | Política de privacidad | Mapa del sitio
ATENCIÓN: Se PROHÍBE la copia por cualquier medio del contenido total o parcial de esta web, sin la autorización del autor, favor de ponerse en contacto. ThePlayBook.jimdo.com, thepleybook2.jimdo.com y thepleybook3.jimdo.com reconoce todas las marcas comerciales mencionadas, logotipos, gráficos, los enlaces, así como, la información intelectual de sus creadores y sitios como registradas por su autor y que son del dominio público. Esta página y todo su contenido son Copyright © 2010 de defutbolamericano.