Gana la batalla al sobrepeso
Gánale la batalla al sobrepeso y a la obesidad pensando en tu salud y en tu familia, ¡no debes rendirte! La obesidad nos afecta física y emocionalmente, recupera tu figura y la confianza… ¿Cuánto tiempo necesitas para cambiar tu estilo de vida por uno más saludable? Reacciona… ¡Ya es hora que hagas algo por ti!
Hoy en día, el número de personas con sobrepeso y obesidad crece rápidamente en muchas partes del mundo como resultado de múltiples factores. Sin embargo, uno de los que más afecta (y que debemos cuidar mucho), es la carencia de un “balance energético positivo” el cual obedece básicamente a dos razones:
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Cuando incrementamos nuestra ingesta calórica, no incrementamos nuestro gasto de energía de manera proporcional (ósea comemos más de lo que quemamos)
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Cuando disminuimos el gasto de energía, no disminuimos nuestra ingesta calórica (reducimos la actividad física pero no bajamos las cantidades de alimento que ingerimos).
Basándonos en este razonamiento, la lógica indica que todos deberíamos adoptar hábitos alimenticios saludables desde nuestra infancia, pues está comprobado que la gente que siempre modera y cuida su alimentación, reduce significativamente las probabilidades de padecer enfermedades y padecimientos derivados de la obesidad.
Entonces, si realmente estás convencido de querer conseguir un verdadero cambio que beneficie a tu salud, empieza por combatir la idea de que ¡NO podrás cambiar! Siempre tienes mil pretextos que no te dejan producir esos cambios positivos que tanto necesitas. Toma en cuenta que no serán instantáneos, ¡todo es cuestión de iniciar!
Para ello, te recomiendo hacer unos pequeños ajustes en tus hábitos alimenticios. Empieza poco a poco practicando uno a uno de los siguientes diez puntos (que no son el hilo negro, pero seguramente tampoco los has hecho con disciplina y constancia). Puedes iniciar con el número 1 aplicando uno más cada quince o treinta días:
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Controla tus raciones de alimentos, ¡toma solo lo necesario!
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Evita omitir cualquier comida del día (sobre todo el desayuno), así no comerás en exceso en la siguiente ingesta.
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Incluye 2 colaciones entre tus 3 comidas principales (desayuno-colación-comida-colación-cena).
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Come despacio, mastica bien y tranquilamente.
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Evita bebidas alcohólicas, ¡poseen un alto contenido energético!
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Reduce el consumo de alimentos industrializados, son poco nutritivos y con muchas calorías.
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Disminuye el consumo de carnes rojas (prefiere aves y pescados), grasas, azucares y sal.
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Incrementa el consumo de frutas y vegetales frescos, legumbres y hortalizas.
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Elige consumir cereales integrales ¡pero moderadamente!
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Consume 2 litros de agua purificada por día.
El simple hecho de aplicar algunos de estos puntos en tus hábitos alimenticios, e iniciar un programa de ejercicio físico “moderado”, puede beneficiarte considerablemente. Reducirás todos los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares, notarás una mejoría en el perfil de tus lípidos (disminuyes triglicéridos y aumentas el colesterol bueno), nivelarás tu glucosa en sangre reduciendo el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. Por ultimo, mejorarás notablemente ¡tu peso e imagen corporal!
Fuente: Internet/J.M.Nava
