Ligamentos

Elongación de ligamentos laterales

Los ligamentos juegan un rol muy importante en la estabilidad de la rodilla y por lo tanto su ruptura llevará a una inestabilidad ya sea aguda o crónica. La estabilidad de la rodilla está mantenida por elementos anatómicos pasivos, entre los cuales se encuentran los ligamentos, cuya lesión dará signos de laxitud en distintos planos y consecuentemente inestabilidad articular, y por otra parte elementos anatómicos activos representados fundamentalmente por los músculos. De este hecho cabe comprender que una rodilla puede ser laxa pero estable o, a la inversa, puede ser inestable sin ser laxa.

El Ligamento Colateral Medial (LCM) o Ligamento Lateral Interno (LLI) se extiende desde el epicóndilo medial del fémur, se ensancha e inserta en la tibia 8-10 cm por debajo de la línea articular. Se orienta en dirección posterior a anterior y está tenso cuando la rodilla está extendida. El LLI restringe el valgo de rodilla en todos los grados de flexión, también es importante para limitar el traslado anterior de la tibia cuando el ligamento cruzado anterior esta lesionado además de restringir la rotación externa de tibia. El LLI es el que proporciona estabilidad a la región interna de la rodilla y suele lesionarse cuando a ésta se le aplica una tensión excesiva en valgo.

Puede tratarse de un estiramiento, ruptura parcial o completa del ligamento.

Consideraciones generales

Es una lesión al ligamento de la parte interna de la rodilla, el cual mantiene la tibia (hueso de la espinilla) en su lugar.

El ligamento lateral interno (LLI) va desde la superficie superior interna de la parte superior de la tibia hasta la superficie inferior interna del fémur.
Este ligamento ayuda a mantener estable la porción interna de la articulación de la rodilla.

Causas

El ligamento lateral interno (LLI) generalmente se lesiona por presión o tensión sobre la parte externa de la rodilla. Un bloqueo a la parte externa de la rodilla durante un juego de fútbol es una forma común para que este ligamento se lesione.
A menudo, este ligamento se lesiona al mismo tiempo que se presenta la lesión del ligamento cruzado anterior (LCA).

Síntomas

Los síntomas de una ruptura o desagarro en el ligamento lateral interno son:
· Hinchazón de la rodilla
· La rodilla se bloquea o se pega con movimiento
· Dolor o sensibilidad a lo largo de la cara interna de la rodilla
· La rodilla se afloja o se siente como si se fuera a aflojar cuando está activa o tensionada de cierta manera.

Para el tratamiento

Inicial de una lesión del LCE se recomienda colocación de hielo sobre el área, elevación de la articulación por encima del nivel del corazón, medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y actividad física limitada hasta que el dolor y la inflamación se hayan aliviado. Se debe utilizar un inmovilizador articulable de rodilla para proteger el ligamento. El alcance de este tipo de lesión es generalmente un estiramiento excesivo del ligamento que causa dolor y sensibilidad.

Mecanismo lesionar

La elasticidad de los ligamentos permiten una cierta distensión hasta la rotura del mismo, por lo cual los esguinces son las lesiones de rodilla más frecuentes. Los mecanismos usuales de producción son la rotación del cuerpo hacia adentro y afuera, sobre un pie fijado en el suelo, la extensión y flexión exagerada de la rodilla y la aplicación con suficiente fuerza en un lado de la articulación, para distender y romper el ligamento opuesto.

Podemos clasificar los mecanismos lesiónales en simples, en los que las fuerzas que actúan sobre la rodilla siguen una sola dirección, y combinados, en los que las fuerzas siguen varias direcciones.

Entre los mecanismos simples se encuentra el choque frontal sobre la rodilla flexionada que causa un desplazamiento hacia atrás de la tibia que puede provocar una lesión aislada del ligamento cruzado posterior. Es característico de las contusiones sobre el salpicadero del coche en los accidentes de tráfico y en lesiones deportivas.

Otro de los mecanismos simples es la hiperextensión de la rodilla, en caso de patada al vacío o por impacto directo sobre el muslo con la rodilla en extensión y el pie fijo en el suelo. Puede producir una lesión aislada del ligamento cruzado anterior.
El tercer mecanismo simple es la hiperflexión de rodilla cuando se cae desde una altura con la rodilla flexionada. Puede producir la lesión de ambos ligamentos cruzados o uno de ellos.

Los mecanismos combinados son valgo-rotación externa y varo-rotación interna. En el primero, el pie queda fijado al suelo, mientras la pierna gira hacia afuera con la rodilla flexionada unos 30º. Las estructuras que se lesionan empiezan desde el punto del ángulo poster o interno (PAPI), desinserción del cuerno posterior del menisco interno, el ligamento oblicuo posterior, la porción superficial y profunda del ligamento lateral interno, el ligamento cruzado anterior y si la fuerza continúa, se afecta el ligamento cruzado posterior. Suele ser el mecanismo habitual de las lesiones del esquiador cuando queda atrapado un esquí mientras el cuerpo sigue hacia adelante, también en jugadores de fútbol cuando reciben un golpe directo en la cara poster o externa de la rodilla con el pie fijo en el suelo.

El mecanismo de varo-rotación interna ocurre en la recepción después de un salto, al caer hacia adelante forzando la rodilla en posición de varo. En este caso se lesionan las estructuras desde el punto del ángulo posteroexterno (PAPE), desinserción del menisco externo, el ligamento lateral externo, el ligamento cruzado anterior, la inserción femoral del tendón poplíteo y al final el ligamento cruzado posterior.

CONCLUSION:

Este tema es muy interesante para mí porque una persona muy importante en mi vida tiene esto y yo quería saber más sobre lo que le había pasado ya que ella necesita de operación y yo no entendía muy bien como le iban a hacer pero al investigar más sobre el tema pude entender todo el procedimiento y es muy importante para mi saber todo lo que le ha pasado y por eso escribo sobre este tema.

 

Con qué tratar las lesiones: ¿frío o calor?

Cuando realizamos un ejercicio, practicamos un deporte o simplemente hacemos algún movimiento físico simplemente por el placer de hacerlo, el riesgo de sufrir una lesión está siempre presente. Normalmente, lo más común, es sufrir una torcedura.

Y la primera reacción, para la mitad de nosotros, cuando nos sucede uno de estos accidentes es correr a la heladera y sacar la bolsa de hielo. O, en el caso de la otra mitad de la humanidad, empezar a calentar el agua para entibiar la zona afectada.

Normalmente, sin embargo, la utilización de uno u otro método no sigue un patrón lógico, no hay un motivo que nos indique para qué estamos calentando o enfriando la lesión, sino que lo hacemos por simple costumbre, porque alguna vez nuestro medico nos recomendó el hielo o porque nuestra abuela siempre nos dijo que cuando nos duele algo lo mejor es utilizar el calor.

Todos podemos confundirnos y hacer una utilización inadecuada de estas dos herramientas. Son las más comunes y las que todos pensamos que no pueden hacernos mal o afectarnos negativamente de ninguna forma. Pero es mejor saber lo que estamos haciendo, entender en qué casos es mejor utilizar el frío y en cuáles lo adecuado es el calor.

Porque, muchas veces, utilizar calor en un tobillo lesionado puede dar como resultado una hinchazón mucho mayor a la mañana siguiente y viceversa. Todo debe ser utilizado de la forma adecuada, en el momento y sobre las zonas adecuadas.

Y esto es lo que trataremos de explicar con claridad en este articulo. No será necesario tener conocimientos médicos, ya que es una simple guía para saber cuándo utilizar el poder del calor o el del frío. Pero, aunque sea simple y concisa, eso no quiere decir que no nos será útil para no volver a empeorar una lesión por aplicar la temperatura inadecuada.

Frio

Para empezar, empezaremos hablando un poco del hielo, ya que es al que le hemos encontrado mayor utilidad.

1)    El hielo es excelente cuando la lesión se acaba de producir, normalmente en las primeras veinticuatro horas. Esto no es limitante, es decir, puede ser que el hielo tenga que ser aplicado durante más tiempo, aunque nunca por más de cuarenta y ocho horas.

2)    En general, se puede decir que el hielo se puede utilizar tanto para lesiones de tipo muscular como de articulaciones. También es aplicable sobre los tendones.

3)    Más allá de esto, el hielo es una apuesta segura cuando estamos hablando de lesiones articulares, en especial de tobillos, hombros, codos, etc. Es muy útil en el caso de esguinces y torceduras.

4)    Sirve para controlar la inflamación.

5)    ¿Cómo trabaja el hielo sobre la herida? Lo que hace el frío es reducir la llegada de sangre a la lesión, ya que es un constrictor de los vasos sanguíneos que se encuentran cerca de las capas superiores de la piel o en esta. Esto ayuda a detener o, por lo menos, hacer más lento, el proceso inflamatorio y, especialmente, la formación de líquido en la zona lesionada.

6) ¿Cómo aplicar el frío? Para empezar, algo básico es que nunca debemos aplicar el hielo directamente sobre la piel. Siempre debe haber algún tipo de cubierta protectora, ya sea una toalla, una bolsa o una bolsa de hielo. El hielo, cuando es aplicado directamente sobre la piel, y más aun cuando se trata de piel que está especialmente sensibilizada por los perjuicios recibidos por la lesión, daña la piel, causa lo que normalmente se conoce como “quemar” la piel. Debemos tener cuidado y controlar la aplicación para que no haya este tipo de daños. Cada tanto levantaremos la aplicación, para ver que la piel no este recibiendo demasiado frío. No mantendremos la aplicación por demasiado tiempo sin mover. Este es el mejor método, porque el hielo fresco utilizado de esta forma es el que tiene mayor poder desinflamatorio.


Otro método posible a utilizar es llenar un vaso de vidrio o una taza de agua y ponerla a congelarse en el freezer. Una vez congelado, lo sacamos y aplicamos el vaso sobre la piel, moviéndolo constantemente, sobre y alrededor del área afectada.

Calor

Cuando hablamos de calor, por supuesto, no nos referimos a aplicar directamente fuego sobre la herida. Comentaremos cómo hacerlo correctamente un poco más adelante.

1) El calor es especialmente útil para ser aplicado para calmar músculos doloridos, para tirones, espasmos, antes de ejercitar, para preparar los músculos, y también antes de realizar ejercicios de tipo kinesiólogos, cuando nos estemos recuperando de una lesión y tengamos que hacer estiramientos en los músculos.

2) También antes de sesiones de masajes o tratamientos alternativos a la medicina convencional, como pueden ser tratamientos quiroprácticos.

3) El calor se utiliza luego de pasadas las veinticuatro o cuarenta y ocho horas, cuando ya el frío no nos resulta apropiado para el tratamiento de la lesión.

4) El calor es más una parte de un tratamiento que un tratamiento en si mismo (también pasa con el frío, pero la diferencia es que el hielo puede ser la única parte de un tratamiento en un momento determinado, mientras que el calor es simplemente una preliminar para el verdadero tratamiento).

5) ¿Cómo aplicar el calor? Lo mejor es aplicar calor sobre la zona afectada, suavemente. Si podemos aplicar calor húmedo, mucho mejor, por ser más efectivo y menos riesgoso. En general, las aplicaciones serán de entre cinco y diez minutos. Al igual que con el frío, debemos mantener un control estricto sobre la aplicación, para evitar producirnos una quemadura, en este caso por calor. Hay que utilizar una cobertura entre la piel y la fuente de calor, como ser una bolsa o una toalla. Salvo que podamos utilizar, como fuente de calor, una lámpara de calor, como las que suelen utilizar los kinesiólogos.

Calor y Frio

Finalmente, hay algunos casos en los que podemos aplicar tanto frío como calor indistintamente. Los efectos no serán exactamente los mismos, pero los dos serán útiles.

Es el caso de las lesiones crónicas.

El calor se aplica antes de la ejercitación, para mejorar la circulación, aumentando la temperatura. Esto ayuda a los músculos, a los tendones y a las articulaciones a tener mayor libertad de movimientos y a doblarse con más facilidad.

Luego de la sesión de ejercicios se puede aplicar hielo, para evitar los efectos inflamatorios de la hinchazón de los músculos y tendones trabajados, sobre la zona afectada por una lesión crónica. Si no tratamos de evitarlo, la inflamación puede mantenerse durante mucho tiempo, y quienes sufren de una lesión crónica saben cuanto puede doler esto.

Una buena forma de volver una lesión común en crónica es no darle tiempo de curarse correctamente. El hielo luego de la ejercitación puede ayudar a solucionar más rápidamente el problema, con lo cual hay menos riesgo de que, por impaciencia, nos hagamos un daño permanente.

Consejos

Como siempre, en cualquier situación que se relacione con la salud, hay que consultar al medico cuando algo sucede que pone en riesgo una parte de nuestro físico. Aún una llamada telefónica puede ser suficiente para que el medico nos aconseje un curso de acción con respecto a una torcedura o un tirón. Seguramente lo querrá ver, pero si no podemos acercarnos a él en el momento, el llamado puede ayudarnos a nos desperdiciar tiempo que podríamos estar usando para acelerar nuestra recuperación.

Y, una vez más, recomendamos tener cuidado cuando aplicamos el hielo o el calor. Nunca se tiene demasiado cuidado. No debemos dejar demasiado tiempo la aplicación y debemos tener mucho cuidado de no dañar más la piel de lo que ya la ha dañado las lesiones.

Esta información es sólo para uso en educación. Su intención no es darle un consejo médico sobre enfermedades o tratamientos. Colsulte con su médico, enfermera o farmacéutico antes de seguir cualquier régimen médico para saber si es seguro y efectivo para usted.

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